“ La
violencia es un fenómeno perturbador y degradante que está enquistada en
Colombia desde tiempos inmemoriales, a tal punto que ha generado en cierta
manera a los colombianos una “convivencia” con ella. Muchos hasta la justifican,
otros la claman y unos pocos víctimas o no, la repudian. Decir que la violencia
sea cual fuere su tipo o venga de donde viniere es justificada, es un
insulto al entendimiento humano, a la
cordura y a la razón. Sólo quienes persiguen intereses mezquinos podrán
validarla y convivir con ella.
Llamo
con sobrada razón “Buitres de la guerra” a aquellos nefastos personajes que
escudados en sus guardias pretorianas, en sus abundantes capitales políticos y
económicos pugnan para que en nuestra amada Colombia no reine la concordia, el
diálogo y el respeto por la persona humana, por su dignidad y por sus derechos.
Al hablar de violencia y violación a los derechos humanos no se hace hincapié
en un solo actor armado. Se hace alusión a todos los que con su accionar bélico
y su lenguaje hostil promueven la intriga, el odio, la venganza y hasta
reclaman sus propios dividendos y fortines de guerra.
Retrocediendo
un poco en la historia colombiana y dando una mirada retrospectiva, me ubico en
los finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX cuando se dio en Colombia
la llamada Guerra de los Mil Días, originada por rencillas políticas entre los
partidos políticos tradicionales Liberal y Conservador. Más de cien mil
colombianos perdieron sus vidas en esta guerra fratricida y se recuerda entre
las batallas más cruentas la de Peralonso y la de Palonegro.
Dando
un pequeño salto llegamos a la violencia también partidista de 1948, cuando
aquel nefasto 9 de abril, cae asesinado en la ciudad de Santafé de Bogotá el
líder y entonces candidato liberal a la presidencia de Colombia Jorge Eliecer
Gaitán. Hecho denominado El Bogotazo y que fu el detonante para que sus
seguidores se lanzaran en una guerra cruenta contra los conservadores y el
gobierno mismo destruyendo todo lo que encontraban a su paso. Fue una guerra
sin cuartel donde los asesinatos y todas las formas de violencia se
convalidaron.
Este
sería el primer paso para el nacimiento de las guerrillas en Colombia y el
principio de una nueva guerra que hoy persiste en el país con las ya conocidas
consecuencias para los colombianos. En la década de los ochentas surgen nuevos
grupos armados amparados en el narcotráfico unos y otros bajo la tutela
disimulada del Estado. En los noventas la guerra entre guerrillas y el Estado
recibe un espaldarazo de otros grupos armados entrenados para combatir no sólo
a los guerrilleros sino a la población civil inerme.
No
es por demás mencionar que estos grupos armados tanto de derecha extrema como
de extrema izquierda se nutren de jóvenes, que más por su ideología se ven
abocados a engrosar las filas acosados por el desempleo, el hambre, la pobreza
extrema traducida a miseria gracias al abandono del Estado…”
“…
Sólo los principios éticos y morales inculcados desde los hogares y el respeto
por la diferencia, el respeto por el otro y un conocimiento fuerte desde lo
axiológico podrán servir como cortafuegos en este coctel bélico que corroe a
Colombia…”
Tomado
de: Reflexiones
alrededor del acontecer colombiano”, Éver Chalarca. 1990
Me pareció muy buena la lectura gracias .Daniel Muñoz
ResponderEliminarDaniel Muñoz 10"
ResponderEliminarMuy buena la lectura profe, esto nos lleva a pensar a reflexionar y a poner en práctica todo lo aprendido desde casa..
ResponderEliminarYuri Alejandra Monsalve Rúa 10°1
Yelisa Tapias Mejía
ResponderEliminarYurley montoya Rodríguez.
ResponderEliminarJuan Pablo Ramírez 10^1
ResponderEliminarJuan Pablo Ramírez 10
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